La victoria del MAPFRE en Melbourne permanecerá en la memoria de
mucha gente por las duras condiciones con las que lo acogió el Océano
Sur y por la fortaleza física y mental que la tripulación liderada por
Xabi Fernández demostró en todos y cada uno de los 14 días, 4 horas, 7
minutos y 21 segundos que duró su etapa. Pero eso ya forma parte de la
historia de la Volvo Ocean Race. Hay que seguir adelante y concentrarse
en la preparación para la próxima batalla.
La de Melbourne es una parada un tanto especial, entre otras cosas,
porque es corta y el barco no puede salir del agua para su revisión.
Pero hay una serie de rutinas que se repiten a lo largo de los 11
puertos de Europa, Asia, América y Oceanía en los que recalará el
MAPFRE a lo largo de los nueve meses que dura la competición.
Reunión
post-etapa de la tripulación para revisar punto a punto cómo ha ido la
etapa, recuperación física apoyada con la visita del fisioterapeuta,
gimnasio, reparación de velas, entrevistas con los medios de
comunicación, revisión exhaustiva de mástil y la jarcia, sistemas
hidráulicos, eléctricos, logística del día a día de los miembros del
equipo en cuanto a alojamiento, comidas, lavandería…, obligaciones con
la regata a nivel social y un largo y tendido etcétera.
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