sabato 30 dicembre 2017

MAPFRE in the Volvo Ocean Race: Joven Aunque Sobradamente Preparado


Así decía aquel anuncio de televisión que irrumpía con fuerza allá por el año 2006. Guillermo Altadill Fischer, Willy, es con 25 años todo purasangre de la vela que suma su segunda vuelta al mundo. Su patrón en el MAPFRE, Xabi Fernández, ha dicho de él que “es uno de los puntales de este equipo”. Y si él lo dice, no cabe duda, es por algo.


Empecemos por los inicios de Willy Altadill en la vela… 
La primera vez que navegué en mi vida, yo solo en un barco, fue en un Optimist en el CAR de Murcia, donde mi padre estaba entrenando a los Tornados. Recuerdo que los primeros días me daba un poco de miedo salir yo solo, como cualquier niño al principio supongo. Yo vivía en Santa Cristina de Haro, en Girona, y ahí navega en el Club de Vela de Palamós, los veranos. Poco a poco fui haciendo regatas y al final empecé a competir.

¿Cómo y cuándo fue el salto a los barcos grandes?
Cuando tenía unos 17 años estaba en Inglaterra navegando y estudiando un poco. Fui a navegar en un barco que se llama Leopard, un Maxi de 100 pies que aún sigue navegando. Mi padre [el vueltamundista Guillermo Altadill] había hecho un par de transatlánticas en ese barco antes. Ese barco, entre regata y regata, sacaba a navegar a gente y les enseñaban cómo es un barco de competición. Buscaban gente joven, de hecho muchos de los que ahora están compitiendo en la ‘Volvo’ y la Copa América hace unos siete años navegaban conmigo en el Leopard, entre ellos Louis [Sinclair, trimmer/proa del MAPFRE]. En la tripulación había regatistas de ‘Volvo’, Copa América… Poco a poco vas conociendo gente, navegando aquí y allá, hasta llegar a hacer la Volvo Ocean Race.

Llamándose Guillermo Altadill es difícil que no mencione a su padre en la conversación, ¿pesa llevar ese nombre y apellido?
No, en absoluto. Nunca me ha pesado. Si por algún motivo estoy ahora navegando profesionalmente es por mi padre, que fue el que me introdujo en el deporte de la vela, en ese Optimist. Luego vas haciendo tus propios contactos, tus propias cosas y tu propio camino.

Debutó en la Volvo Ocean Race en 2015, en el MAPFRE, y ahora está de nuevo aquí liderando, al menos de momento, la regata. ¿Qué tiene de especial este equipo?
Que somos un equipo de verdad. En el agua tenemos roces pero es como una familia: se pelean y se reconcilian y es un equipo. Y además somos un grupo de amigos que navegan juntos y eso viene de que Xabi ha hecho un buen trabajo reuniendo a la gente.

Xabi ha roto el esquema del típico patrón que lleva la caña y hay una jerarquía estricta, como viene siendo desde hace años. Tampoco digo que sea buena una cosa y mala la otra, pero a nosotros nos funciona mejor. Obviamente hay que tener una disciplina pero la llevamos nosotros mismos. Todo el mundo aporta algo en el equipo, todos tenemos nuestra especialidad y cada uno es libre de opinar lo que quiera. Todos aportamos y al final, no sé si por suerte o por lo que está haciendo Xabi, todos coincidimos y hacemos equipo.
Hablando de especialidades, ¿cuál es su función en el MAPFRE?
En regatas oceánicas haces un poco de todo, pero mi función a bordo durante las cuatro horas de guardia es trimar el barco y las velas, y también llevar la caña. Cuando estamos en tierra, ahora mismo tengo la función de boat captain, que es el encargado de mantener el barco, de hacer la lista de trabajos, trabajar con el equipo de tierra para que el barco esté preparado para la siguiente etapa… Es lo que normalmente hace Ñeti [Cuervas-Mons] pero como ahora está lesionado estoy yo cubriendo su puesto.

Díganos una lección que haya aprendido en este equipo.
La mayor lección que he aprendido aquí es cómo debe funcionar un equipo y tomar ejemplo de Xabi de cómo liderarlo. En un equipo todo el mundo aporta lo suyo y como líder tienes que escuchar la opinión de todos. Ésa es la forma de evolucionar y creo que a nosotros nos está yendo bien de momento.

¿Cuál es la mejor victoria que ha logrado hasta el momento?
La de la primera etapa que hice con el MAPFRE en 2015. Llegábamos a Auckland y estaba todo súper apretado con Dongfeng y Abu Dhabi. Creo que ganamos por unos pocos minutos y además fue la primera victoria después de que el equipo viniese de pasar una mala racha. Ahí salimos de ese agujero y empezamos a subir, por lo que no sólo significó la victoria.

¿Y un batacazo?
En la siguiente etapa, después de Auckland, cuando nos penalizaron con dos puntos extra después de una etapa muy dura, la del Océano Sur, en la que llegamos segundos. No lo vamos a debatir ahora, pero que te penalicen con dos puntos significa que, en vez de hacer un segundo, hagas un cuarto o un quinto y después de una etapa de 20 días en la que estás día a día luchando por cada punto… Eso nos perjudicó bastante en la clasificación general. Fue un palo pero la vela es así.

Sabemos que es pronto pero… ¿ya sabe qué le gustaría hacer después de esta Volvo Ocean Race?
Me gustaría intentar entrar en la Copa América o hacer el circuito IMOCA: Barcelona World Race, Vendée Globe… Si tuviese que hacer una Barcelona World Race la haría con mi padre o con alguien joven que tuviese la misma experiencia que yo, para ir aprendiendo los dos juntos.



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