Antonio Piris, “Talpi” es, además de un curtido navegante, jefe de
tierra del MAPFRE. Ha participado en dos ediciones de la Volvo Ocean
Race: la de 1993-94 con el Galicia’93 Pescanova –en el que también
participó en la construcción del barco- y en 1997-98 con el americano
Chessie Racing. En ambos equipos coincidió con su también compañero de
equipo en el MAPFRE, el navegante Joan Vila.
Además, Piris completó la vuelta al mundo a dos sin escalas, la
Barcelona World Race, en 2010 junto al también cántabro Pachi Rivero. “Todos
los barcos en la historia de la Volvo Ocean Race han necesitado siempre
cariño en las paradas y cada uno de los miembros de la flota ha tenido
sus cosas, es parte del programa de mantenimiento y de la regata”,
explica mientras supervisa los trabajos la zona habilitada para los VO65
en un astillero hongkonés situado a unos 40 minutos del Race Village.
“La batuta principal del mantenimiento de la flota la lleva el
astillero de Volvo Ocean Race, que cuenta con las herramientas
necesarias para hacer los análisis que se requieren en estos barcos,
además de gente especializada en cada área en caso de que haya algo que
resolver. Están haciendo un buen trabajo y nos apoyamos mucho en ellos,
por lo que la simbiosis entre nuestro equipo y el ‘boatyard’ de ‘Volvo’
es perfecta”.
Centrados ahora en la puesta a punto de la obra viva, el MAPFRE
ampliará esas 30 horas iniciales fuera del agua para dar prioridad a la
finalización completa de los trabajos en detrimento de las horas de
entrenamiento en el agua.
“El barco lleva sin estar fuera del agua desde Sudáfrica”, añade “Talpi”. “Ha
tenido que ir todo el Índico con condiciones duras y luego desde
Australia hasta aquí, todo sin haber estado fuera del agua como para
cuidarle un poco más”.
El barco español no disputará la regata de entrenamiento oficial de
Hong Kong programada para mañana jueves, pero el sábado a partir de las
7:00 horas en España (14:00 hora local en Hong Kong), estará en la línea
de salida de la regata In-Port y al día siguiente, la Vuelta a la isla
de Hong Kong.
Una vital ayuda local
Otra de las particularidades de la parada en Asia es la indudable
diferencia cultural entre occidente y oriente. Hay pautas de
comportamientos típicas que caracterizan a los asiáticos y a los
occidentales originadas por factores culturales y sociales obvios que
hacen que la ayuda local sea indispensable. Y en el MAPFRE la situación
no es diferente.
“Tenemos apoyo local por temas logísticos y sobre todo de idioma”, explica Piris. “La
cultura es muy distinta a la nuestra y necesitamos apoyo logístico para
compras, conocimiento local y para trabajos no muy complicados
técnicamente pero en los que hace falta una mano”. Thye, Kelvin y Marco son los asiáticos del MAPFRE.
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